Con la Ascensión nos preparamos para Pentecostés
¡Este domingo celebramos la Ascensión del Señor!
Un momento clave que nos prepara para Pentecostés.
Te invitamos a leer esta profunda reflexión que ilumina el camino hacia la llegada del Espíritu Santo.
Con la Ascensión nos preparamos para Pentecostés
La Ascensión del Señor Jesús, última de las apariciones a sus discípulos, significa el final del tiempo de las apariciones. Los discípulos de Jesús han podido en confirmar su fe incipiente cuando le seguían por los caminos y pueblos de Galilea y Judea. No dudan ya de que Dios ha resucitado a Jesús mediante su Espíritu y que lo ha reivindicado como su Hijo y Señor nuestro, el Redentor. Falta tan sólo que el Espíritu Santo les fortalezca para dar testimonio del Crucificado resucitado públicamente, ante todo el mundo, incluso ante los mismos que condenaron a Jesús. Pasar de estar escondidos o haber huido a hablar públicamente significa el vencimiento de todo miedo. El miedo nos paraliza, el Espíritu nos libera para la libertad en Cristo Jesús.
«Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo. Entonces se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos». (Hechos 1,11-14)
Celebramos la Ascensión del Señor mirando hacia la tierra e invocando al Espíritu Santo sobre nosotros para poder dar testimonio de que lo mejor que nos ha pasado es haber conocido a Jesús de Nazaret y a sus padres María y José, sagrada familia humana símbolo de la familia divina.
Este año Jubilar 2025, en Pascua quisimos reemprender el camino hacia la Venida del Espíritu Santo sobre nosotros, sobre los miembros de nuestra parroquia y sobre los laicos que asumen la vocación de evangelizar y acompañar discipulados en San Lázaro. Invoquemos al Espíritu Santo sobre nosotros y, sobre todo, sobre aquellas personas que no creen o simplemente se alejaron de la Iglesia, para que toque sus corazones y puedan abrirse a la fe cristiana y hacerse discípulos de Jesucristo.
Por eso, este año, hacemos la Novena al Espíritu Santo después de las misas.
Oremos con fe. La Vigilia de Pentecostés con su Eucaristía en San Lázaro comienza el Sábado a las 7:30 de la tarde.
Si esta reflexión te ha tocado el corazón, compártela. Ayúdanos a preparar juntos el camino hacia Pentecostés.