Tomás: el que dudó… y terminó creyendo más que nadie

¿Alguna vez has dicho: “Si Dios existe, que me lo demuestre”? ¿Te cuesta creer sin pruebas? ¿Te han dicho que dudar está mal? Entonces te vas a entender con santo Tomás.


Jesús resucitado se aparece a los discípulos… pero Tomás no estaba con ellos. Cuando se lo cuentan, no lo acepta. Dice:

“Si no veo en sus manos la señal de los clavos… no creeré”.

Ocho días después, Jesús se le presenta. No lo reprende, sino que lo invita con ternura:

“Trae tu dedo… mete tu mano… no seas incrédulo, sino creyente”.

Y entonces, Tomás pronuncia una de las confesiones más hermosas de fe:

“¡Señor mío y Dios mío!”


Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». 26A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». 27Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». 28Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». 29Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». 

Evangelio de San Juan 20, 24-29

¿Qué le dijo Jesús?

“¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.”

Jesús no desprecia la duda de Tomás. La transforma. Porque la duda, cuando se busca de verdad, puede ser puerta a una fe más profunda.


¿Y qué puede decirte a ti?

  • Si has perdido la fe, o nunca la tuviste…
  • Si te cuesta creer lo que no puedes tocar…
  • Si has sentido que estás “fuera del grupo” de los creyentes…

Jesús te dice hoy: “Ven, acércate. Te entiendo. Pero no te quedes en la duda. Atrévete a tocar mi amor por ti.”
Tu herida puede encontrarse con sus llagas… y ser sanada.


¿Y tú?

¿Te identificas con santo Tomás? ¿Te ha pasado que una duda te llevó a una fe más fuerte? Compártelo en oración con Jesús.