Evangelio y vida: Jesús en nuestra vida ordinaria

Al comenzar un nuevo curso, tras el verano, volvemos a la rutina del trabajo, los estudios, las responsabilidades familiares y las búsquedas personales. A veces podemos sentir que la vida ordinaria carece de brillo o se vuelve pesada. Sin embargo, es precisamente ahí donde el Evangelio tiene algo que decirnos: Jesús quiere iluminar nuestra vida cotidiana y darle un sentido nuevo.

A continuación compartimos el comentario completo del Evangelio de este domingo, que nos invita a redescubrir la presencia de Cristo en lo sencillo de cada día.


Evangelio y vida

            Muchos habéis vuelto a vuestros trabajos, es un regalo de Dios poderse ganar los ingresos que necesitamos para nosotros o nuestras familias. Muchos han vuelto a los colegios, institutos o universidades. También es un regalo poderse formar y crecer preparándose para la vida. No olvidamos que algunos necesitan trabajo y lo buscan porque lo necesitan. Trabajo o casa son necesidades angustiosas para algunas personas. Algunas personas ya jubiladas llenan sus días con actividades de su interés o ayudando a la crianza de sus nietos. ¿Hay algo más importante que esta nuestra vida ordinaria? Idealizamos las vacaciones, nos preocupamos por lo que pasa en el mundo y es justo, pero ahora estamos en la verdad de la vida que ocupa nuestro mayor tiempo. Y hemos de saberla valorar.

            Y ¿qué nos dice el Evangelio hoy? Que para vivir nuestra vida necesitamos de Jesús, él es quien puede enseñarnos a vivir los momentos de alegría y los momentos de angustia. Si le sabemos seguir, si Él es nuestro maestro y nosotros sus discípulos, toda nuestra vida podrá ir reordenándose, las relaciones familiares y sociales, nuestras relaciones laborales o nuestra búsqueda de trabajo y, sobre todo, la preparación de los jóvenes para dar una orientación vocacional a sus vidas. Hoy Jesús se sincera con nosotros: seguirle a Él, pase lo que pase en nuestras vidas, sabe que nos puede costar alguna cruz, o renuncia, o superar alguna tentación que no nos conviene. Pero seguir pendientes de Jesús en la oración y en la vida, dará pleno sentido a nuestras ocupaciones diarias, y la vida ordinaria la llevaremos mejor.


Conclusión

Este Evangelio nos recuerda que la vida ordinaria es el lugar privilegiado para encontrarnos con Jesús. Allí, en lo cotidiano, Él nos acompaña, nos fortalece y nos invita a crecer en fidelidad, incluso cuando nos toca cargar alguna cruz.

🙏 Te animamos a hacer tuya esta reflexión y a compartirla con otras personas, para que también descubran que la vida diaria, con sus luces y sombras, puede ser camino de encuentro con el Señor.

📌 Recuerda que cada sábado por la tarde encontrarás en nuestra web el comentario del Evangelio para preparar el domingo.
San Lázaro contigo.