Formación

Jean Louis Ska, Introducción a la lectura del Pentateuco, Verbo divino, 2001
Como E. L. Fackenheim habla de la presencia, y acción, de Dios en la historia, a partir de las
experiencias fundantes del Judaísmo que son el Éxodo y el Sinaí, experiencias en las que Dios
actuó y actúa en la liturgia pascual judía, conviene antes preguntarnos:
¿QUÉ PODEMOS “SABER” ACERCA DE LA HISTORIA de la Salvación y LAS DISTINTAS FUENTES
DE LOS LIBROS DEL PENTATEUCO, donde se nos narra el Éxodo y el Sinaí?
¿Existía una relación literaria entre los Patriarcas y el Éxodo antes del Deuteronomio?
Porque es en el Deuteronomio y en los libros históricos de Samuel y Reyes, de redacción
deuteronomista, donde aparece clara la Historia de la Salvación => Alianza-Ley: Horeb-Israel:.
Aquí, en los ambientes del deuteronomismo y profetismo, es donde se encuentran conectadas
las promesas patriarcales con el Éxodo, Alianza, Tierra.
Antes circulaban 1) tradiciones vinculadas a santuarios Betel, Guilgal, Penuel; 2) ciclos
narrativos, quizá independientes, sobre patriarcas Abrahán, Isaac, Jacob, José; 3) códigos
legales. Así pues, contamos con:
 Tradiciones de los Patriarcas
 Tradiciones del Éxodo, la salida de Egipto
 Tradiciones de la permanencia en el Desierto
 Tradiciones de Israel en la tierra de Canaán
Estas distintas tradiciones sólo más tarde en la época del deuteronomismo y profetismo se
relacionarán como una sola historia de Israel.
Textos que hoy aparecen en el Pentateuco como la perícopa del Sinaí Ex 19 y Nm 10 sería de
composición deuteronómica, aunque estén insertadas en libros del Pentateuco anteriores al
Deuteronomio. Cf.:
Dt 29,9-12: “Os habéis colocado hoy en presencia del Señor, vuestro Dios, todos vosotros
—vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos, vuestros magistrados y todos los hombres de
Israel; vuestros niños, vuestras mujeres y los emigrantes que están en el campamento, desde tu
leñador hasta tu aguador—,para entrar en la alianza del Señor, tu Dios —y en el juramento
imprecatorio—, que el Señor, tu Dios, concierta hoy contigo, a fin de constituirte hoy su pueblo,
y ser él tu Dios, como te dijo y como había jurado a tus padres, a Abrahán, Isaac y Jacob”.
1) Esta Alianza deuteronómica, que retoma la Alianza en el Sinaí-Horeb (Moisés), ya es aquí el
cumplimiento del juramento hecho por Yahveh a los Patriarcas.
2) La Tierra como la Tierra que juró Dios dar a los Padres, se verifica en más textos de todo el
Deuteronomio.
3) Dt 7,8, es el único texto que presenta el Éxodo como consecuencia de un juramento hecho
a los padres. (Dt 7,7-8: Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió, no fue por ser vosotros más
numerosos que los demás, pues sois el pueblo más pequeño, sino que, por puro amor a vosotros y
por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó el Señor de Egipto con
mano fuerte y os rescató de la casa de esclavitud, del poder del faraón, rey de Egipto).
Así las cosas, para estos textos del Deuteronomio, no antes, existe ya una estrecha correlación
entre el juramento hecho a los “padres” y los dos acontecimientos centrales de las tradiciones
mosaicas: el Éxodo y la Alianza en el Sinaí-Horeb.

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Así pues, no hay un relato global que conecte las distintas tradiciones pre-exílicas
constituyendo una Historia de la Salvación llevada a cabo por Dios con su pueblo Israel. Esto
pudo darse sólo a partir de la caída del Reino del Norte (Israel) en el año 721 a. C. y con la
reforma del rey Josías en el año 622 a. C., cuando se necesitaba un sólido fundamento
teológico e histórico para el pueblo de Israel ahora concentrado en el Sur, en Judá.
Entonces se compuso el Deuteronomio primitivo, en el tiempo en que se necesitó escribir una
“historia de Israel” o, al menos, fragmentos de dicha historia. Antes de la reforma de Josías o
de la reforma deuteronomista, es difícil que podamos hablar de un solo Dios, un solo pueblo o
un solo templo.
Mientras tanto, ya había aparecido el profetismo, antes del exilio y continuaría en el exilio y
post exilio. La literatura sacerdotal deberá datarse después del exilio (siglos VI-IV a. C.).
¿Qué decir de Ex 33,1, que une la promesa a Abrahán con la salida de Egipto con Moisés al
frente?
1El Señor dijo a Moisés: «Anda, sal de aquí, con el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la
tierra que prometí a Abrahán, Isaac y Jacob con este juramento: “Se la daré a tu descendencia”.
2Enviaré delante de ti un ángel y expulsaré a cananeos, amorreos, hititas, perizitas, heveos y
jebuseos. 3Sube a la tierra que mana leche y miel. Yo no subiré contigo, porque eres un pueblo
de dura cerviz y te destruiría en el camino».
Respuesta: No puede ser muy anterior al período del deuteronomismo. Se encuentran en él
frases, fórmulas y temáticas que provienen de Ex 32 y de otros textos del Pentateuco,
considerados hoy normalmente deuteronómicos. Por eso, es muy probable que la unión de los
Patriarcas y las tradiciones del Éxodo señalada en Ex 33,1, sea más reciente que los textos de
distinta procedencia que ha acoplado.
Conclusión: la Fe de Israel como pueblo elegido por Dios (Elección), en la historia de la
humanidad, para representarle en medio del resto de pueblos, con el que se comprometió
desde sus “padres” en juramento y promesa de una Tierra, con quien había establecido una
Alianza que incluía unos mandamientos (Ley), y se le manifestó fiel a su juramento, alianza y
promesa, sacándole de Egipto (Éxodo) así como de otros momentos de opresión, Dios fiel a su
alianza a pesar de las infidelidades del pueblo, retornándole siempre a su Tierra, convocando
al resto de las naciones al reconocimiento del Dios único en Sion, donde se levanta el Templo
del Dios vivo…
Esta fe es deudora de los tiempos finales de la monarquía, con el deuteronomismo y
profetismo pre-exílico, y continuará profundizándose en la experiencia del Exilio, con el
profetismo y sacerdocio del exilio y post exilio. Siglos VIII-IV a.C.
Antes, sólo podemos aludir a tradiciones distintas, que se transmiten con lenguaje que habla
de experiencias religiosas antiguas, vinculadas a la memoria de nombres de personajes
antiguos, o memorias etiológicas que explican los nombres de lugares o ritos antiguos,
memorias que se trasmiten en forma de sagas o ciclos narrativos.
Hablan de acontecimientos humanos, que no podemos verificar más que en el lenguaje o
relato o himnos que los transmiten, o sea, no podemos acceder a una realidad más allá de las
narraciones o relatos y su lenguaje. Pero estas tradiciones antiguas nos dan acceso a intuir o
adivinar unas experiencias religiosas análogas y diversas con otras experiencias religiosas del
entorno geográfico, cultural e histórico.

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Aquellas antiguas experiencias fueron encontrando su convergencia en el paso de los siglos,
llegando a los autores deuteronomistas y proféticos de antes y durante el Exilio, hasta confluir
en la convicción de un solo Dios, capaz de Alianza y de Palabra, capaz de hacer Historia de
Salvación con su pueblo Israel a la vista de todos los pueblos, y con vistas a todos los pueblos.
De la pre-historia e historia del pueblo de Israel que salió de Egipto, sólo disponemos de
TRADICIONES, sobre EXPERIENCIAS religiosas a partir de POSIBLES ACONTECIMIENTOS
históricos, a los que no podemos acceder, si no es en el lenguaje de los RELATOS que nos
llegaron, siglos después de los supuestos acontecimientos.
La comprensión de aquellos posibles acontecimientos de la época de los patriarcas y de Moisés
en el Éxodo y en el Sinaí-Horeb, como una historia de alianzas del mismo y único Dios Yahveh
con un mismo pueblo, primero hebreo o israelita, finalmente dividido en Israel al norte y Judá
al sur, que va a parar al exilio de Babilonia, es una comprensión deuteronomista y profética. Es
la teología deuteronomista la que, unida a la teología sacerdotal post-exílica, funda la fe de
Israel o fe judía hasta nuestros días.
Su presupuesto fundamental, como “acontecer de Dios en la historia”, indemostrable, pero
verdadero, es que Dios actuó salvíficamente cuando unas tribus hebreas salieron de Egipto y
hoy sigue actuando salvación en el memorial pascual del Éxodo. Y que Dios actuó
comprometiendo a Israel en alianza consigo bajo sus mandamientos en el Sinaí-Horeb. Y que
esto fue cumplimiento de la Promesa hecha a los Patriarcas que en la pre-historia de Israel
habrían dado comienzo a la fe en Yahveh y al designio de Dios de unirse al pueblo consigo en
alianza, hasta incluir a la humanidad toda por medio de su pueblo.
RELATOS BÍBLICOS presuponen TRADICIONES y éstas presuponen ACONTECIMIENTOS
fundantes de EXPERIENCIAS de fe, que perduran actualmente en el “hoy” de Dios y en la fe
histórica del pueblo judío, historia de salvación que sigue garantizando el mismo Dios.